domingo, 29 de enero de 2023

Primer destino: Toló II


En esta segunda parte de Toló, os explicaré con más detalle todo el trabajo que hemos realizado en estas dos primeras semanas, las cuales han cundido en enseñanzas y experiencias.

Marc nos comunicó que el domingo día 15 llegaban dos nuevos miembros a su casa: dos burras (una madre y una hija que se había destetado tan solo un mes atrás). El primer trabajo era realizar un cercado para ellas, así como un pequeño corral o refugio para resguardarlas del temporal (compartido con las ovejas). 
Nos pusimos manos a la obra: primero clavando los postes metálicos al suelo con una maza y luego, aprovechando viejos trozos de cerca metálica, fuimos empalmando unas partes con otras hasta vallar toda el área. Para el corral, esperamos unos días más hasta disponer de los materiales que nos hacían falta para su construcción. 
Segunda lección: Gracias a la venida de los burros hemos podido conocer un poco más acerca de ellos y nos han roto muchos prejuicios. Los burros son más inteligentes que los caballos, son apacibles, sensibles y crean unos vínculos duraderos no solo con sus semejantes, sino también con humanos u otras especies.   

Días después, aprendimos el pilar básico para poder llevar una vida autosuficiente: disponer de una fuente de combustible a mano. El hogar de Núria y Marc se calienta con dos estufas muy eficientes. La principal, una estufa nórdica, con una eficiencia del 90% aprox., se sitúa en el piso inferior de la casa y escalfa los radiadores de los tres pisos y el agua caliente. La segunda, es una estufa rusa y está localizada en el comedor / sala de estar. Ésta última es más pequeña, está hecha por ellos mismos de ladrillo refractante, y tiene un 80% de eficiencia, es decir, aprovecha un 80% del calor de la leña que se le echa. Es lenta en calentarse, pero una vez caliente guarda el calor durante horas. A parte de todo esto, en la cocina disponen de una cocina económica (todavía muy usada en países nórdicos o las Islas Británicas) que también funciona con leña y es muy conveniente para no depender de gas o electricidad.
Tercera lección: recogida de leña para alimentar las dos estufas.
La casa se sitúa en una zona boscosa de encinas y robles, por ello tiene combustible a mano, pero ese combustible hay que procesarlo para poder utilizarlo. Marc iba cortando troncos de encina con una motosierra y nosotras los hacíamos rodar y deslizar por los márgenes hasta el camino, para al final ir echándolos todos al remolque del coche. El paso siguiente fue cortar los troncos en pedazos más pequeños, de unos 40 o 50cm, para que cupieran en cada estufa. Durante el invierno, este proceso se realiza semanalmente, con la finalidad de no gastar la leña que se ha secado en verano. 


La semana siguiente, con el material necesario, empezamos la construcción del corral para burras y ovejas. El material era principalmente hierro, tanto estructura como cobertura. La novedad en todo esto fue que los cimientos se asentaban directamente sobre rocas más o menos planas y bastante grandes (entre 0'70cm y 1 metro de amplitud), alrededor de las cuales se había prensado la tierra lo máximo posible para darles estabilidad. La ubicación de las rocas y la nivelación del terreno se había realizado previamente con excavadora, pero es una idea fantástica para tenerla en cuenta en bioconstrucción o construcciones simples, ya que no deja residuos si hubiese que retirarse y, a pequeña escala, puede realizarse manualmente.

Encima de las 6 rocas situadas en paralelo, en dos hileras de 3 (como el 6 de un dado), empezamos a fijar los pilares de acero atornillándolos directamente a la roca y a unir las viguetas de un pilar a otro para dar solidez. Las uniones las soldaba Marc y de mientras, nos dio un curso rápido de soldadura para poder iniciarse en el tema. Una vez conseguido esto, empezamos a atornillar las chapas de las paredes y del techo. Y así quedó. Faltaría la distribución interior de la cual se encargó Marc, por tener más experiencia en el tema y ser un trabajo más específico.
Por último, nos encargamos de transportar por partes, fardos de paja y alfalfa a los comederos destinados para ese fin dentro del corral. Ya estaba todo listo para que burras y ovejas pudieran disfrutar de su nuevo refugio.


Durante estas 3 cortas semanas, también hemos podido disfrutar de manjares tradicionales y recetas creativas, hemos aprendido cómo hacer jabón o suavizante para la ropa; quitar las malas hierbas o preparar queso vegano. También hemos tenido tiempo para visitar pueblos de cuento como Llimiana, en lo alto de una cumbre con vistas a todo el Pirineo por un lado, y al Montsec por otro, y a sus pies el embalse de Terradets. En distintos rincones del pueblo nos regalaban la vista variados trabajos de forja, hechos por una comunidad de herreros artesanos de la zona. 



Ha sido un alivio que nuestra primera experiencia como voluntarias fuera en el hogar de Marc y Núria, los cuales han hecho todo lo posible para que estuviésemos cómodas y no nos sintiéramos fuera de lugar. Los trabajos varían bastante en función de la época del año y los proyectos que estén a la vista. Nos haría mucha ilusión poder repetir más adelante y participar en otros proyectos, ahora ya sí con más experiencia que ofrecer. Queda por ver si la empresa de los jabalíes arraiga y nos apuntamos... (Lo Cel del Senglar)  :D   
      

       




 


       



domingo, 22 de enero de 2023

Primer destino: Toló

La suerte quiso que como primer destino llegáramos a este paraje: Toló, una aldea recóndita y sosegada a media hora de Tremp, la capital del precioso Pallars Jussà. Está emplazada a 960m sobre el nivel del mar y rodeada por varias sierras y valles icónicos, a veces desconocidos, como el Montsec de Rúbies o la Vall de Barcedana.

Toló es el lugar donde Marc y Núria iniciaron su periplo para materializar su sueño: una casa rural sostenible. La aventura empezó hace 10 años, con cuatro paredes vetustas que apenas se aguantaban, y hoy es un negocio asentado de ecoturismo (https://loceldetolo.cat/). El proyecto tiene sus raíces en un ecologismo ortodoxo: es completamente autosuficiente, practica la economía circular hasta el más mínimo detalle, fomenta la economía de proximidad en la comarca y además ambos comparten sus bastos conocimientos con voluntarios preguntones que están ávidos por aprender sobre todo ello. Como unas servidoras :) 



Llegamos el día 11 de enero, ya tarde noche, viniendo de Gijón de dejar todos nuestros enseres en un trastero, por tiempo indeterminado. Era nuestra primera experiencia como voluntarias en una granja, con poco o ningún conocimiento, y estábamos un poco intranquilas por como iría todo: Si nos daríamos bien con nuestros anfitriones, si estaríamos cómodas, si seríamos capaces... 
Cuando Núria nos abrió la puerta de madera de la entrada principal y nos dio la bienvenida, nos relajamos de inmediato y nos pasaron todos los males. Tuvimos la sensación de estar en casa de nuestros tíos: a gusto, con confianza, pero con responsabilidad y respeto hacia su manera de hacer y entender las cosas. Un detalle que nos encantó, y que reforzó más la idea de estar en casa de nuestros tíos, fueron las conversaciones de mesa y sobremesa: Conversaciones de los más variados temas que acompañan unas comidas caseras maravillosas preparadas con esmero por Núria y Marc. Aunque debemos admitir que la reina de los fogones es ella ;) (Menos la tortilla de patatas, de la que Marc es un auténtico maestro)


Marc es una persona metódica, laboriosa y con mucha paciencia para explicar cada detalle de todo. El primer día nos mostró nuestra rutina diaria: Dar alimento a Melic, su bonachón perro guardián; dar alimento también a la gata Cristy (sí, por Agatha Christie :D); recoger los huevos de sus gallinas felices y dejarlas correr; dar alimento al rebaño de ovejas y, finalmente, ir paseando a saludar el sol con Melic, así cuando volvamos de paso traer algunas ramas secas para las dos estufas de leña de la casa. 

Primera lección: Todo se aprovecha, nada se hace en balde.  

          

 
         

miércoles, 18 de enero de 2023

Iniciando un nuevo camino (Qué hacemos y el porqué de todo ello...)

Nos hubiera gustado empezar nuestro blog hace ya unos días, porque la espiral de emociones que hemos vivido hasta hoy ha sido grande, y queríamos plasmarlo antes de que se nos olvidara, pero hasta ahora no habíamos encontrado el momento de ponernos a ello.

Pero empecemos por el principio... ¿Qué estamos haciendo? y más importante... ¿Cómo hemos llegado a tomar esta decisión?

¿Qué estamos haciendo?

Este verano, Montse y yo decidimos cogernos un tiempo indeterminado para viajar, vivir y aprender. Como nuestra idea es poder construir un hogar lo más autosuficiente posible, en base a las premisas de la permacultura, buscamos opciones afines a nuestros intereses.  A través de una aplicación, nos pusimos en contacto con granjas, proyectos y comunidades de productores agro-ecológicos y les mandamos una solicitud de voluntariado. Esta aplicación funciona a nivel casi mundial, pero nosotras nos centramos en contactar proyectos en España. Tardamos un tiempo en poder cerrar algunas solicitudes, pero poco a poco fue dando su resultado. Hoy ya tenemos prácticamente confirmado un proyecto por mes, hasta el mes de abril y en vistas a ir confirmando más solicitudes para más adelante o incluso repetir en algunas de ellas.
Cada proyecto es diferente y puedes aprender cantidad de cosas diversas (cultivo ecológico, cuidado de animales de granja, apicultura, bioconstrucción, plantas medicinales...). A cambio de tu ayuda como voluntario unas horas al día, los anfitriones te ofrecen comida y cobijo. La duración del voluntariado se decide mutuamente entre el granjero y el voluntario, puede ir desde una semana a varios meses, dependiendo de los intereses de cada uno.

¿Cómo hemos llegado a tomar esta decisión?

 Aquí viene la pregunta del millón... ¿Qué insecto os ha picado? La decisión no ha sido repentina, aunque sabemos que tiene toda la pinta... Pasar de unos trabajos estables, ya buscando comprar un piso y haber intentando varias veces tener hijos, a guardar todos nuestros enseres en un trastero de Gijón y ponerse a recoger coles y patatas por los campos de España... 
Realmente ha sido un cúmulo de circunstancias, acumuladas durante este último año sobre todo, que nos ha llevado hasta esta decisión. Para nosotras y mirando atrás en el tiempo, es lógica y coherente con lo que somos y queremos.
Al final, el deseo de ambas desde que nos conocimos siempre fue vivir en familia en un hogar rural saludable y autosuficiente. A veces, con la inmersión del día a día, vas dejando atrás ciertos anhelos y te quedas estancado en una estabilidad estresante que solo sirve para pagar esa misma estabilidad. No lo critico, a menudo es la única salida que se tiene. Pero no es para nosotras, al menos ahora.
Como me dijo alguien hace tiempo, no se puede vivir sin ilusiones, aunque no se cumplan, siempre te dan vitalidad para tirar adelante con todo. Quizá suena a frase hecha, pero con la aventura que iniciamos para nosotras adquiere un significado importante.







         

Tercer destino: San José de la Rinconada (Sevilla)

Nos disculpamos por actualizar un mes tarde nuestro blog. A menudo son tantas las sensaciones vividas en tan poco tiempo que se necesita dig...