Toló es el lugar donde Marc y Núria iniciaron su periplo para materializar su sueño: una casa rural sostenible. La aventura empezó hace 10 años, con cuatro paredes vetustas que apenas se aguantaban, y hoy es un negocio asentado de ecoturismo (https://loceldetolo.cat/). El proyecto tiene sus raíces en un ecologismo ortodoxo: es completamente autosuficiente, practica la economía circular hasta el más mínimo detalle, fomenta la economía de proximidad en la comarca y además ambos comparten sus bastos conocimientos con voluntarios preguntones que están ávidos por aprender sobre todo ello. Como unas servidoras :)
Llegamos el día 11 de enero, ya tarde noche, viniendo de Gijón de dejar todos nuestros enseres en un trastero, por tiempo indeterminado. Era nuestra primera experiencia como voluntarias en una granja, con poco o ningún conocimiento, y estábamos un poco intranquilas por como iría todo: Si nos daríamos bien con nuestros anfitriones, si estaríamos cómodas, si seríamos capaces...
Cuando Núria nos abrió la puerta de madera de la entrada principal y nos dio la bienvenida, nos relajamos de inmediato y nos pasaron todos los males. Tuvimos la sensación de estar en casa de nuestros tíos: a gusto, con confianza, pero con responsabilidad y respeto hacia su manera de hacer y entender las cosas. Un detalle que nos encantó, y que reforzó más la idea de estar en casa de nuestros tíos, fueron las conversaciones de mesa y sobremesa: Conversaciones de los más variados temas que acompañan unas comidas caseras maravillosas preparadas con esmero por Núria y Marc. Aunque debemos admitir que la reina de los fogones es ella ;) (Menos la tortilla de patatas, de la que Marc es un auténtico maestro)
Marc es una persona metódica, laboriosa y con mucha paciencia para explicar cada detalle de todo. El primer día nos mostró nuestra rutina diaria: Dar alimento a Melic, su bonachón perro guardián; dar alimento también a la gata Cristy (sí, por Agatha Christie :D); recoger los huevos de sus gallinas felices y dejarlas correr; dar alimento al rebaño de ovejas y, finalmente, ir paseando a saludar el sol con Melic, así cuando volvamos de paso traer algunas ramas secas para las dos estufas de leña de la casa.
Primera lección: Todo se aprovecha, nada se hace en balde.
Buen comienzo
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